Mateo 7

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HIJOS DEL REINO (LC 6,37; 11,9; 6,31; 13,23)
[1] No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. [2] Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes. [3] ¿Qué pasa? Ves la pelusa en el ojo de tu hermano, ¿y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo? [4] ¿Y dices a tu hermano: Déjame sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tú un tronco en el tuyo? [5] Hipócrita, saca primero el tronco que tienes en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano. [6] No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos. [7] Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. [8] Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. [9] ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? [10] ¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? [11] Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan! [12] Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas. [13] Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. [14] Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran.

EL ÁRBOL SE CONOCE POR LOS FRUTOS (LC 6,43) [15] Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. [16] Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos? [17] Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. [18] Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. [19] Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. [20] Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras.

LA CASA EDIFICADA SOBRE LA ROCA (LC 6,47; 13,26; MC 1,22) [21] No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. [22] Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor! Hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros. [23] Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí, ustedes que hacen el mal! [24] Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. [25] Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca. [26] Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. [27] Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.» [28] Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, [29] porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley.

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[1] Es probable que Jesús pronunció estas palabras en el mismo sentido que las que se leen en 5,43. Comúnmente los que se creen el partido de los buenos, o el grupo de los convertidos, juzgan a los que están en el bando contrario, preocupados por enderezarlos. Esa es una forma de orgullo a la que los autores espirituales llaman el "defecto de los principiantes". Está de tal manera inscrito en la naturaleza humana que muchos de los "justos" de la Biblia expresaban su reprobación por "los pecadores" que no observan la ley de Dios. La nueva ley en cambio nos dice que no nos creamos superiores o nos hagamos jueces de los que van - o que Dios lleva- por un camino distinto al nuestro. No juzguen. Debemos juzgar en el sentido de discernir entre el bien y el mal en lo que se hace a nuestro lado. A pesar de que es más diplomático no descontentar a nadie si queremos tener éxito, habrá que ser bastante valiente para decir a veces a otros que están actuando mal. Pero aquí juzgar tiene el sentido de hacernos jueces de nuestro prójimo. A menudo juzgamos y condenamos a otros con el solo fin de juzgarnos buenos a nosotros mismos. Jesús nos revela la unidad profunda de todo y todos en Dios: en cuanto negamos a otros la misericordia, nos dejamos caer del mundo de Dios y somos nosotros los que la perdemos. No juzguen: Rom 2,1; 14,4; 1 Cor 5,12; Stgo 4,11; Gál 6,1-5.


[6] No echen sus perlas a los cerdos. Jesús piensa en las dificultades que van a encontrar sus seguidores viviendo en un mundo hostil. No decir todo a todos. A cada uno de nosotros Dios ha hecho algunos favores preciosos; no conviene comunicarlos a cualquiera de buenas a primeras...


[7] Ver comentario de Lc 11,9. y también: Mc 11,24; Jn 14,13; 15,7; 16,23; Stgo 1,5.


[13] Entren por la puerta angosta. Tal vez acababan de preguntar a Jesús: ¿Quién se salvará? (19,25).Jesús nunca dijo si serían muchos o pocos los que compartirán la felicidad de Dios («los que irán al cielo»). Pero sí dijo repetidas veces que serán pocos los elegidos entre muchos llamados. Esto significa que entre tantas personas que tuvieron la suerte de encontrarlo y que, con eso fueron llamadas a compartir su misión, pocos aceptan cambiar su vida y comprometerse con él. Los elegidos son los que perseveran en busca de la verdadera libertad y perfección. Muchos toman el camino que conduce a la perdición. No toman el camino en que Cristo sería todo para ellos, derrochan los dones de Dios y, aparentemente, se vuelven inútiles para el Reino; pero, no por eso escapan a la misericordia del Padre.


[15] Es probable que Mateo cite estas palabras de Jesús a propósito de algunos que se daban el título de profetas carismáticos en la Iglesia primitiva y que tal vez habían recibido dones del Espíritu, pero que con el tiempo se habían deformado. De un modo más amplio las palabras de Jesús se dirigen a todos los que fomentan la división, la mentira y la violencia, aun cuando pretendan servir a una causa justa. Los profetas que recuerda la Biblia se cubrían con una piel de oveja, pero un lobo podía esconderse dentro. Siempre ha habido falsos profetas en el mundo, habitualmente profetas de la felicidad cómoda, y si la Palabra de Dios los condena, muchos dirán que esta Palabra ha sido mal interpretada. Sería bueno sin embargo preguntarse por qué el liberalismo moral (para muchos santo y sagrado) siembra la muerte por doquier y asfixia en tantas personas la capacidad de creer y de esperar. ¿Cosecharían ustedes uvas de los espinos...? Los planes y las teorías se juzgan en la práctica y Jesús nos invita a mirar los hechos para luego sacar las conclusiones. Pero a nosotros nos cuesta enjuiciar la realidad que vivimos. Nos gusta más defender ideas que analizar las situaciones concretas. Jesús, en cambio, educado por el trabajo manual, desconfía de los discursos y de las teorías.


[22] Aquel día muchos me dirán... Es probable que Mateo cite estas palabras pensando en profetas carismáticos que siembran el desorden en sus comunidades y se dispensan de obedecer las reglas comunes. Ya sea que enseñemos o hagamos milagros, estos dones o ministerios son para bien de la comunidad y no significan que vivimos en gracia de Dios. La fe que nos salva obra mediante el amor (Gál 5,6) y nos hace cumplir la Ley (Stgo 2,8).

[24] Si uno escucha estas palabras mías. Jesús se refiere a los que acogieron su palabra y se convirtieron, y con esto ya se creen salvados. Pero si no aprovechan el tiempo del primer entusiasmo para construir su vida con esos cimientos necesarios que son la meditación bíblica, el desprendimiento, la lucha contra sus tendencias malas y la vivencia de la comunidad cristiana, todo se vendrá abajo en el período que siga. Con esta página finaliza el primer Discurso del Evangelio de Mateo. Un nuevo Discurso empezará con el capítulo 10

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