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2 Samuel 20

REBELIÓN DE SEBÁ [1] Había allí un hombre perverso llamado Sebá, hijo de Bikrí, de la tribu de Benjamín, que hizo sonar la trompeta y dijo: «¡Nada tenemos que ver con David ni con su herencia! ¡Váyase cada uno a su hogar, Israel!» [2] Y todos los hombres de Israel se apartaron de David para seguir a Sebá; en cambio, los hombres de Judá permanecieron fieles a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. [3] David entró en su casa, en Jerusalén; tomó a las diez concubinas que había dejado para cuidar la casa y las puso bajo vigilancia. Se preocupó de su mantenimiento, pero ya no se acercó a ellas y permanecieron encerradas como viudas hasta el día de su muerte. [4] El rey dijo a Amasá: «Reúneme a los hombres de Judá en el plazo de tres días. Y luego preséntate aquí.» [5] Amasá fue a congregar a los de Judá, pero demoró más tiempo del señalado. [6] Entonces David dijo a Abisaí: «Sebá, hijo de Bikrí, nos hará más daño que Absalón. Toma, pues, a los hombres de mi guardia y persíguelo para

2 Samuel 3

[1] Fue larga la guerra entre la gente de Saúl y la de David; pero mientras David se iba fortaleciendo, la familia de Saúl se debilitaba. [2] David tuvo varios hijos en Hebrón. Su hijo mayor fue Amnón, nacido de Ajinoam de Jezrael; [3] el segundo, Kilab, de Abigaíl, esposa de Nabal de Carmelo; el tercero, Absalón, hijo de Maacá, hija de Talmas, rey de Guesur; [4] el cuarto, Adonías, hijo de Jaguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital; [5] el sexto, Jitream, hijo de Eglá, esposa de David. Todos estos nacieron en Hebrón. [6] Durante la guerra entre la gente de Saúl y la gente de David, Abner llegó a ser el hombre fuerte de los de Saúl. [7] Saúl había tenido una concubina llamada Risfá, hija de Avyá, y Abner la tomó para sí. Isbaal entonces dijo a Abner: «¿Por qué te has acostado con la concubina de mi padre?» [8] Abner se enojó mucho por estas palabras y respondió: «¿Soy yo un perro? Yo me he portado muy bien con la familia de Saúl, tu padre, con sus hermanos y amigos, y no te he entrega

prueba

[1] Como hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo. [2] Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios. [3] Y ya que son santos, no se hable de inmoralidad sexual, de codicia o de cualquier cosa fea; ni siquiera se las nombre entre ustedes. [4] Lo mismo se diga de las palabras vergonzosas, de los disparates y tonterías. Nada de todo eso les conviene, sino más bien dar gracias a Dios. [5] Sépanlo bien: ni el corrompido, ni el impuro, ni el que se apega al dinero, que es servir a un dios falso, tendrán parte en el reino de Cristo y de Dios. [6] Que nadie los engañe con razonamientos vacíos, pues son estas cosas las que Dios se prepara a condenar en los enemigos de la fe: [7] no sea que ustedes compartan su suerte. [8] En otro tiempo ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Pórtense como hijos de la luz, [9] con bondad, con justicia y según la verdad, pues
Jueves, Octubre 07, 2010 Nuestra Señora, la Virgen del Rosario (Memoria) Primera Lectura: Salmo Responsorial: Evangelio: Hechos 1:12-14 Lucas 1:46-55 Lucas 1:26-38

Mateo 6:1-6, 16-18

HACER EL BIEN SÓLO POR DIOS [1] Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo. [2] Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. [3] Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha: [4] tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. [5] Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. [6] Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premi

Mateo 11, 25-30

[25] En aquella ocasión Jesús exclamó: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. [26] Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. [27] Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer. [28] Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. [29] Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. [30] Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.» (( Ir a Mateo 11 ))

Josué 1, 1-9

«E STARÉ CONTIGO » [1] Después de la muerte de Moisés, Yavé habló a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés, y le dijo: [2] «Ha muerto mi servidor Moisés; así que llegó para ti la hora de atravesar el río Jordán, y todo el pueblo pasará contigo a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. [3] Yo les doy todos los lugares donde pongan sus pies, como se lo prometí a Moisés. [4] El territorio de ustedes limitará al norte con el monte Líbano; al sur, con el desierto; se extenderá al oriente hasta el río grande, el Eufrates, y al occidente, hasta el Mar Grande. [5] Mientras vivas nadie te resistirá. Estaré contigo como lo estuve con Moisés; no te dejaré ni te abandonaré. [6] Sé valiente y ten ánimo, porque tú entregarás a este pueblo la tierra que juré dar a sus padres. Por eso, ten ánimo y cumple fielmente toda la Ley que te dio mi servidor Moisés. [7] No te apartes de ella de ninguna manera y tendrás éxito dondequiera que vayas. [8] Leerás continuamente el libro de esta Ley y lo

Romanos 8, 28-39

¿QUIÉN NOS PODRÁ APARTAR DEL AMOR DE DIOS? [28] También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes él ha escogido y llamado. [29] A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su Hijo y semejantes a él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos. [30] Así, pues, a los que él eligió, los llamó; a los que llamó, los hizo justos y santos; a los que hizo justos y santos, les da la Gloria. [31] ¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? [32] Si ni siquiera perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a dar con él todo lo demás? [33] ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios mismo los declara justos. [34] ¿Quién los condenará? ¿Acaso será Cristo, el que murió y, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros? [35] ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, e

Hebreos 2:14-18

[14] Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo. [15] De este modo liberó a los hombres que, por miedo a la muerte, permanecían esclavos en todos los aspectos de su vida. [16] Jesús no vino para hacerse cargo de los ángeles, sino de la raza de Abrahán. [17] Por eso tuvo que hacerse semejante en todo a sus hermanos, y llegó a ser el sumo sacerdote lleno de comprensión, pero también fiel en el servicio de Dios, que les consigue el perdón,. [18] El mismo ha sido probado por medio del sufrimiento, por eso es capaz de ayudar a aquellos que son puestos a prueba. (( Ir a Hebreos 2))

Malaquías 3:1-4

ENVÍO DELANTE DE MÍ A MI MENSAJERO [1] Estoy para enviar a mi mensajero, al que despejará el camino delante de mí; pues pronto entrará en su santuario el Señor que ustedes piden. Fíjense que ya llega el mensajero de la Alianza que ustedes tanto desean, dice Yavé de los ejércitos. [2] ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando aparezca? Pues él es como el fuego de una fundición y como la lejía que se usa para blanquear. [3] Purificará a los hijos de Leví y los refinará como se hace con la plata. Como el oro y la plata, volverán a ser auténticos y dignos de ofrecer a Yavé la ofrenda como es debido. ((Ir a Malaquías 3))

Marcos 5:1-20

[1] Llegaron a la otra orilla del lago, que es la región de los gerasenos. [2] Apenas había bajado Jesús de la barca, un hombre vino a su encuentro, saliendo de entre los sepulcros, pues estaba poseído por un espíritu malo. [3] El hombre vivía entre los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. [4] Varias veces lo habían amarrado con grillos y cadenas, pero él rompía las cadenas y hacía pedazos los grillos, y nadie lograba dominarlo. [5] Día y noche andaba por los cerros, entre los sepulcros, gritando y lastimándose con piedras. [6] Al divisar a Jesús, fue corriendo y se echó de rodillas a sus pies. [7] Entre gritos le decía: «¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo! Te ruego por Dios que no me atormentes.» [8] Es que Jesús le había dicho: «Espíritu malo, sal de este hombre.» [9] Cuando Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?», contestó: «Me llamo Multitud, porque somos muchos.» [10] Y rogaban insistentemente a Jesús que no los echara de aquella reg

1 Juan 3:22 - 4:6

Salmo 2:7-8, 10-12

Mateo 4:12-17, 23-25

Salmo 72:1-2, 7-8, 10-13

[1] Oh Dios, comunica al rey tu juicio, y tu justicia a ese hijo de rey, [2] para que juzgue a tu pueblo con justicia y a tus pobres en los juicios que reclaman. [3] Que montes y colinas traigan al pueblo la paz y la justicia. [4] Juzgará con justicia al bajo pueblo, salvará a los hijos de los pobres, pues al opresor aplastará. [5] Durará tanto tiempo como el sol, como la luna a lo largo de los siglos. [6] Bajará como la lluvia sobre el césped, como el chubasco que moja la tierra. [7] Florecerá en sus días la justicia, y una gran paz hasta el fin de las lunas. [8] Pues domina del uno al otro Mar, del Río hasta el confín de las tierras. [9] Ante él se arrodillará su adversario, y el polvo morderán sus enemigos. [10] Los reyes de Tarsis y de las islas le pagarán tributo; los reyes de Arabia y de Etiopía le harán llegar sus cuotas. [11] Ante él se postrarán todos los reyes, y le servirán todas las naciones. [12] Pues librará al mendigo que le clama, al pequeño, que de nadie

Efesios 3:2-3, 5-6

[2] A lo mejor han sabido de las gracias que Dios me concedió para bien de ustedes. [3] Por una revelación se me dio a conocer su proyecto misterioso, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. [4] Según esto pueden apreciar el conocimiento que tengo del misterio de Cristo. [5] Este misterio no se dio a conocer a los hombres en tiempos pasados, pero ahora acaba de ser revelado mediante los dones espirituales de los santos apóstoles y profetas: [ 6] que en Cristo Jesús los pueblos paganos tienen derecho a la herencia, que ya no están aparte, y que van a gozar de la promesa. Esta es la Buena Nueva

Mateo 2:1-12

DEL ORIENTE VIENEN UNOS MAGOS [1] Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén [2] preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.» [3] Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. [4] Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. [5] Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: [6] Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel. [7] Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. [8] Después los envió a Belén y les dijo: «Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, aví

La Epifanía del Señor

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Epifanía significa: manifestación o presentación en público. Se llama así esta fiesta porque en ella se recuerda como Jesús se manifestó ante los Magos para ser adorado. Esta fiesta se celebra el 6 de enero en la Iglesia Católica desde el año 400. La adoración de los Magos al Niño Jesús la narra el evangelio de San Mateo en el Capítulo 2, y es una de las narraciones más bellas de la S. Biblia.

I Juan 2:22-28

[22] ¿Y quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el mentiroso, el que niega a la vez al Padre y al Hijo. [23] Pues el que niega al Hijo, ya no tiene al Padre; y el que reconoce al Hijo tiene también al Padre. [24] Permanezca en ustedes lo que oyeron desde el principio; si permanece en ustedes lo que oyeron desde el comienzo, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. [25] Esta es la promesa que él mismo prometió, y que es la vida eterna. [26] Les he escrito esto pensando en aquellos que tratan de desviarlos, [27] pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado. [28] Y ahora, hijitos, permanezcan en él; haciéndolo, tendremos plena confianza cuando aparezca en su gloria, en vez de sentir vergüenza ante él cuando nos venga a pedir cuentas. (((Primera de J

Salmo 98:1-4

[1] Entonen al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas, la salvación provino de su diestra, de su brazo de santidad. [2] El Señor dio a conocer su salvación, les hizo ver a los paganos su justicia, [3] se acordó de su amor y fidelidad en favor de la casa de Israel. Todos, hasta los confines del mundo, han visto la salvación de nuestro Dios. [4] ¡Aclamen al Señor, toda la tierra, estallen en gritos de alegría! ((( Salmo 98 )))

Juan 1:19-28

[19] Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: «¿Quién eres tú? » [20] Juan lo declaró y no ocultó la verdad: «Yo no soy el Mesías.» [21] Le preguntaron: «¿Quién eres, entonces? ¿Elías?» Contestó: «No lo soy.» Le dijeron: «¿Eres el Profeta?» [22] Contestó: «No.» Entonces le dijeron: «¿Quién eres, enconces? Pues tenemos que llevar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo?» [23] Juan contestó: «Yo soy, como dijo el profeta Isaías, la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor.» [24] Los enviados eran del grupo de los fariseos, [25] y le hicieron otra pregunta: «¿Por qué bautizas entonces, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?» [26] Les contestó Juan: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno a quien ustedes no conocen, [27] y aunque viene detrás de mí, yo no soy digno de soltarle la correa de su sandalia.» [28] Esto sucedió en Betabará, al otro l

Números 6:22-27

[22] Yavé dijo también a Moisés: [23] «Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los hijos de Israel. Dirán: [24] «¡Yavé te bendiga y te guarde! [25] ¡Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos! [26] ¡Yavé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.» [27] Es así como ellos pondrán mi Nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

Lucas 2:16-21

[16] Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. [17] Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. [18] Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. [19] María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. [20] Después los pastores regresaron alababando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado. [21] Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada.

Gálatas 4:4-7

[4] Pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, que nació de mujer y fue sometido a la Ley, [5] con el fin de rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que así recibiéramos nuestros derechos como hijos. [6] Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá! o sea: ¡Papá! [7] De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y siendo hijo, Dios te da la herencia.